Liturgia de la Palabra
Finalidad:
- La proclamación de la Palabra de Dios
- Recibir la Palabra de Dios que se proclama
- Responder a esa palabra
Contenidos: Ocho elementos constituyen esta parte
- Primera Lectura
- Salmo Responsorial
- Segunda Lectura
- Aclamación antes del Evangelio (Aleluya)
- Proclamación del Santo Evangelio
- Homilía
- Profesión de fe (Credo)
- Oración universal
La Música en la Liturgia de la Palabra
Nota aclaratoria: El Salmo responsorial no lo vamos a "tocar" nosotros aquí, por que no le toca a los "chicos del coro" acapararlo, ni mucho menos al que dice que tiene mejor voz, sino que ese ministerio es todo un ministerio aparte del ministerio de música.
El salmista es otro ministro con un oficio distinto al que tú tienes como parte del coro.
1. El Aleluya
El núcleo de la palabra
¿Que es el aleluya?
Dentro de la clasificación de cantos en la liturgia, este canto esta considerado dentro del grupo de las aclamaciones.
La palabra "aleluya" tiene su origen en una expresión hebrea que significa ¡Alabad a Yahvé! o ¡Alabado sea Yahvé!
El Aleluya es la alegría que se canta a sí misma porque no tiene palabras para expresarse. Se asemeja a ciertas formas de júbilo que hay en todos los pueblos, como un milagro de alegría, de poder estar contentos.
San Agustín escuchó ese cantar sin palabras en los campos y las viñas de su país y predicó sobre ello en forma maravillosa. Es un grito de aclamación a Cristo, Maestro y Señor.
Antiguamente se cantaba alargando únicamente las vocales de la palabra y haciendo variaciones melódicas sobre ellas:
Aaaaa,leeeeee,luuuuu, yaaaaaaa
En el siglo VIII se agregó un verso de alabanza tomado de un salmo del Evangelio o cualquier otro texto de la Sagrada Escritura.
El aleluya indica, en Misa, que hay que prepararnos a escuchar a Cristo en el santo Evangelio.
¿De dónde se obtienen estas frases?
Las frases que son cantadas en la parte intermedia del Aleluya son de la Sagrada Escritura y se encuentran en el libro llamado Leccionario, el cual propone los versos especiales para cada domingo ordinario y también una colección de versos comunes que se pueden utilizar en cualquier domingo del mismo tiempo litúrgico o en las ferias de entre semana.
El Misal mensual y los Propios mensuales traen la frase de una manera muy fácil de encontrar.
¿Quién canta el aleluya?
Toda la asamblea reunida debe cantar el Aleluya, así toda la comunidad expresa su alegría. Todos deben participar del gozo de tener un encuentro fuerte con el Señor, que habla. Es toda la asamblea que se pone en marcha hacia el Señor, aclamando con entusiasmo, dentro de un ritmo comunitario y coral.
Por eso no se vale convertir el Aleluya en un canto de estructura similar a la de un salmo responsorial, así como tampoco dejarlo de cantar.
¿Cuál sería la forma ideal de cantar el Aleluya?
Con alegría y con gozo, en una postura de pie y atención. Con una distribución del canto de la siguiente manera: inicia un solista o un pequeño coro cantando ¡Aleluya!, enseguida la asamblea contesta: ¡Aleluya!, posteriormente la asamblea canta el versículo y todos repiten Aleluya para terminar.
Así sería la forma ideal de cantar el Aleluya. Es así verdaderamente otro de los cantos llamados, "interleccionales" -el otro canto interleccional es el salmo responsorial-.
La asamblea que antes ha escuchado, meditado y sentido, ahora aclama jubilosa al Señor. Sin embargo, si no es posible que la asamblea sepa y ensaye el verso intermedio, pues que lo cante el pequeño coro o un solista.
¿Siempre se canta el Aleluya?
No. Durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma se omite la palabra "Aleluya" y un verso breve de carácter aclamatorio lo reemplaza.
Nosotros conocemos este verso como Honor y gloria a Ti, Señor.
Debemos tomar en cuenta también lo que la Introducción General del Misal Romano señala cuando se refiere al Aleluya en el número 39. Dice "si el Aleluya no se canta puede omitirse". Otras opiniones calificadas recomiendan que debe omitirse si no se canta. Sin embargo, nosotros como músicos hemos de procurar que siempre se cante de la mejor manera posible.
El Aleluya es un canto que debemos cantar todos.
2. El Credo
Síntesis de la fe proclamada
El Credo es la profesión de fe de la Iglesia. Es una respuesta a la Palabra de Dios. Tiene un valor de tradición que expresa la unidad de la Iglesia en la misma fe.
Los domingos y las solemnidades hay que "gritar" esta fe con mucha devoción y pasión. Es nuestra fe. Es en lo que creemos. Es lo que en esencia somos, lo que nos identifica, lo que nos hace hijos, hermanos, Iglesia.
Antes -mucho antes-, esta profesión de fe se cantaba con frecuencia... pero en nuestros días, cantar el Credo es casi casi una posibilidad nula. Razones de tiempo, de dificultad para musicalizar un texto tan largo y tan bello de una manera sencilla, de modo que lo pudiéramos cantar todos, imposibilitan que hoy día se cante los domingos o en las solemnidades. Esto sólo algunas ocasiones lo vemos y escuchamos ahora transmitido desde el Vaticano por televisión.
Sin embargo debes saber que el Credo es lo que eres... es tu razón de ser... que antes se cantaba pero que, hoy, hay que recitarlo de forma convincente, viva, enérgica y encarnada.
Si lo cantas... sólo cuida que todos lo canten, porque esta profesión de fe es de todos. Puedes hacerlo de manera alternada por un solista y el pueblo, o bien por dos coros.
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