jueves, 16 de abril de 2015

Tentaciones musicales en la liturgia



En todos lados hay tentaciones. Unas muy dulces, muy bellas,, muy simples, muy sutiles, muy serias, pero al fin y al cabo tentaciones.

En la liturgia son muy frecuentes y son bastantes, sin embargo solo tocaremos tres, consideradas de las más peligrosas, en las que hay que poner todo el empeño posible para tratar de evitarlas o por lo menos no dejar que nos toquen tan seguido.

1. La tentación del "Yo lo sé todo"

Esta es muy propia del líder o los lideres del grupo. Nadie puede hacer ninguna observación. Cuidado con caer en esta tentación, hasta este momento debemos reconocer que hay muchas cosas de liturgia que no saben y que deben saber por ser ministros del canto. Que hay muchos datos, documentos, directrices, normas que deben conocer y aplicar para cantar en Misa y que francamente no tienen ni idea de lo que piden e indican.

No es malo saber todo, lo malo es que no quieras aceptar tus debilidades y tus limitaciones.

Estas deficiencias hay que aceptarlas por el lado positivo, a la larga te nos van enseñando a encarnar la humildad. Vamos aprendiendo a conocernos y a pulir nuestras cualidades. Entendemos que todos nos necesitamos y descubrimos en nuestros hermanos el valor que ellos tienen. Comenzamos a descubrir cómo el Espíritu Santo actúa en todos y es para todos. Comenzamos a darnos nuestro justo valor y damos a los demás el valor que tienen.

Por otro lado vemos que no estábamos tan solos como creíamos. Cuando descubrimos nuestros limites y a tocarlos, nos damos cuenta que ahí es justo donde empiezan las manos amigas.

Cuantos coros se desintegran por la necedad de darla cabida a esta tentación en medio de ellos. Cuantos de estos líderes "sabelotodo" acaban por destruirse a sí mismos y a los miembros del coro.

Debemos practicar el que todos opinen, que todos hablen, que puedan escucharse... Hay tanta riqueza en cada uno de los que forman parte de ese coro, que imaginar esa armonía cantando en una celebración cambia de modo radical la unción de los cantos.

2. La tentación de poner en práctica "lo más fácil.

"Lo práctico en enemigo de la liturgia"

Un verdadero ministro no puede tener una mentalidad "light" o vivir ese ministerio de la manera más fácil. 
El mundo trata de hacernos creer eso, que para ser "moderno" hay que ser "light" y que en las cosas de la iglesia... mmm... ¿por qué no también?...

Esta tentación nos ha llegado y nos ha pegado tan fuerte que hoy día queremos participar en Misas "light", de esas que "duren" poquito tiempo; tener una fe "light", de esas que no comprometen y no quiten tiempo: caminar con una esperanza "light", que "al cabo al último me arrepiento y ya"; amar con caridad "light", es decir, cuando yo quiera, me convenga y se ajuste a mis necesidades.

Los músicos en la liturgia no estamos exentos de esto: nuestros ensayos son light. No ensayamos como deberíamos. No le damos tiempo a la labor musical que tenemos que hacer como verdaderos profesionales.

Cuando decimos ensayar, queremos que sea un ensayo rápido, más bien dicho un "ensayito", porque nos aburre eso de estar repitiendo y repitiendo hasta que salga bien. Cuando elegimos un canto queremos que sea lo más "facilito" posible por que no nos sabemos otras pisadas en la guitarra que las del círculo de sol.

Caer en esta tentación nos priva de algo maravilloso que es la superación de nuestras deficiencias. Nos priva de sacar lo mejor de nosotros mismos. Le priva al pueblo de Dios reunido de elevar su espíritu a dimensiones desconocidas.

3. La tentación del "me vale".

Quizá esta es la peor de todas las tentaciones. Es la tentación de no aceptar que el otro tenga un poco de razón en lo que dice y aunque la tenga, pues de todos modos no la aceptamos, ni damos el brazo a torcer: ¡me vale!

Reconoce que siempre va a haber alguien que sabe más que tú y que sabrá guiarte, que podrá guiarte..., pero reconoce que también siempre habrá alguien que sabe menos que tú, a quien deberás echarle la mano con responsabilidad.



Con una actitud de "me vale" puedes estar dejando de ser luz para muchos que necesitan que los ilumines.

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